La evidencia científica señala la obesidad como uno de los principales factores de riesgo para desarrollar enfermedades crónicas entre ellas la diabetes, enfermedades cardiovasculares, enfermedades del aparato locomotor y algunos cánceres como el de colon, endometrio y mama. La obesidad infantil se asocia con una mayor probabilidad de obesidad, muerte prematura y discapacidad en la edad adulta. Pero además de estos riesgos futuros, los niños y niñas con obesidad sufren dificultad respiratoria, mayor riesgo de fracturas e hipertensión, y en ellos ya pueden detectarse signos de enfermedad cardiovascular en sus fases más iniciales, así como las condiciones previas al desarrollo de diabetes. Además la obesidad en la infancia tiene importantes efectos psicológicos derivados del rechazo y discriminación social, como baja autoestima, depresión y ansiedad.
En las últimas décadas estamos asistiendo en todo el mundo a un aumento alarmante de la proporción de niños y niñas que presentan obesidad o sobrepeso, tanto en países de ingresos altos como bajos. Según estimaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS), el Banco Mundial y UNICEF, en 2014 el 6,1% de la población infantil del mundo tenía sobrepeso. En Europa esta proporción aumentó del 5,2% en 1990 al 12,6% en 2014. En el Estudio de Vigilancia del Crecimiento, Alimentación, Actividad Física, Desarrollo Infantil y Obesidad (ALADINO) 2013 realizado en nuestro país, se observó que un 43,0% de los escolares que participaron presentaban exceso de peso, sobrepeso y obesidad, de acuerdo con los criterios de la OMS.

Para prevenir la obesidad es fundamental promover hábitos de alimentación saludables y la realización de ejercicio físico, especialmente en las primeras etapas de la vida. La OMS, en el recientemente publicado informe de la Comisión para acabar con la obesidad infantil hace especial hincapié en la importancia de estas estrategias preventivas. Los centros educativos son escenarios ideales para la promoción de la salud en la población infantil, por ello este informe incluye entre sus recomendaciones “aplicar programas integrales que promuevan entornos escolares saludables, conocimientos básicos en materia de salud y nutrición y actividad física en niños y adolescentes en edad escolar”. Sigue leyendo →